miércoles, 20 de agosto de 2014

Educa a tu hijo, sin llegar a la sobreprotección...


Una de las tareas difíciles a las que se enfrentan los padres cuando educan a sus hijos es evitar sobreprotegerles y darles dependencia para que puedan ir enfrentándose a la vida por ellos mismos desde  pequeños. Queremos lo mejor para nuestros hijos y a veces, no somos conscientes, de que protegerles o cuidarles demasiado sólo va a traer consecuencias negativas para el pequeño a largo plazo.

El desarrollo emocional de nuestros hijos depende en gran medida del afecto, los cuidados y la atención que recibe de los padres.

Una conducta protectora desmesurada sólo puede traer problemas de madurez e inseguridad en nuestros hijos a largo plazo.

Cómo educar sin sobreproteger

1- Deja que tus hijos disfruten de cierta autonomía y se enfrenten solos a las dificultades, de acuerdo a su edad. Debes dejarle que se equivoquen alguna vez, a que se adapte al entorno y desarrollar habilidades por sí mismo.

2- No les atosigues ni quieras controlar todo lo que hacen. Evita hacer un exceso de preguntas o preocupaciones por su salud o bienestar que estén fuera de lugar.

3- Fomenta que aprenda a pensar por él mismo y llegue a conclusiones. Deja que asuma nuevas retos, hazle sugerencias y ten en cuenta su opinión siempre, ofrécele alternativas y que se pare a pensar en cada una de ellas,  para que de esta forma pueda opinar por él mismo. Nosotros como padres, valoraremos sus puntos de vista.


4- Potencia sus relaciones sociales, que tenga amigos y quiera conocer gente fuera de su hogar. Planea meriendas con sus compañeros de clase, sugiérele que vaya a jugar con sus amigos y sin supervisión de adultos. Debemos permitir que pasen tiempo y estrechen lazos con otras personas que no sean sólo los padres como, por ejemplo, sus compañeros de clase, sus abuelos, sus primos…es una forma de conseguir independencia.

5- No darle todo lo que pida, ya que debe de aprender que en la vida no se va a conseguir siempre lo que uno quiera y además así aprenderá a calibrar mejor los fracasos desde una edad temprana. Muéstrale el valor del esfuerzo y las enseñanzas que se pueden obtener de la frustración y las dificultades que hay en la vida.

6- Apóyale pero no soluciones sus problemas por él ni hagas sus tareas. El papel de los padres es apoyar a sus hijos desde su experiencia pero jamás deben de solucionarles sus problemas, podemos guiarles pero no enfrentarnos por ellos a los problemas que puedan surgirles.

7- Tratarle de acuerdo a su edad. Si tiene diez años no le trates como si tuviera cinco o seis, esto quiere decir, que como padres debemos adaptarnos y tener en cuenta los cambios naturales de nuestros hijos. Permítele que coma solo o se vista cuando ya sea capaz de hacerlo, por ejemplo.