Y si no puedes sonreír, no te preocupes, yo te presto mi sonrisa.
Y si caes, te levantaré siempre.
Y si necesitas un abrazo, te daré un millón sin que lo pidas.
Y si la vida te aprieta, ahí estaré yo para desahogarte el alma.
Y si crees que no puedes conseguirlo,
te recordaré cada segundo que sí, que puedes de sobra.
Y si tu brillo pierde luz, haré lo posible para que vuelvas
a brillar como mereces, como siempre has brillado.
De eso se trata la vida, de salvarnos mutuamente el alma.
Hoy por ti, mañana por mí.
Locución y música de Victor Rodríguez.