Un santo a veces cae, pero es en esos desafíos
donde encuentra su verdadera fuerza.
Cada caída es una oportunidad para levantarse, aprender y crecer.
Escapar de las ilusiones del mundo y desligarse de los fenómenos pasajeros es un acto de valentía y sabiduría.
Asciende más alto con cada obstáculo, más sabio con cada experiencia. Recuerda, la grandeza no se mide por la ausencia de caídas, sino por la capacidad de levantarse y seguir adelante.
Tú también puedes elevarte, superar los desafíos y alcanzar la iluminación.