En el Kintsugi, las grietas de los objetos rotos no se ocultan;
se rellenan con oro, creando piezas únicas y aún más
valiosas que antes.
Éste antiguo arte japonés nos enseña algo poderoso:
nuestras heridas, nuestras cicatrices, no nos disminuyen.
Nos transforman
Cada desaffo que superas, cada dolor que enfrentas, cada pedazo que vuelves a juntar, te hace más fuerte, más resiliente, más tú.
✨️No escondas tus grietas. Son los trazos dorados de tu historia
✨️No temas romperte.Es el primer paso para renacer.
✨️Honra cada parte de ti, porque incluso en tus fragmentos, hay belleza