El cortometraje convierte una historia convencional en algo excepcionalmente emotivo, tocando temas como la amistad, la soledad o la tragedia de hacerse mayor.
Una imaginativa y rica historia, con tonos a lo Tim Burton, sobre el sentimiento de ser diferente.
Un joven encuentra una extraña criatura en la playa y decide buscarle un lugar en el mundo en el que pueda encajar.
Puede ser que ya no existan cosas perdidas; que el nivel de estrés al que nos somete nuestra sociedad nos impida encontrarlas; quizás, si hayan cosas perdidas; tal vez, seamos nosotros los que no nos encontremos.
No tenemos tiempo para atender a las pequeñas cosas; vivimos en una sociedad dominada por los mercados, y en la que nosotros solo ocupamos el papel del trabajador. Sin darnos cuenta, olvidamos todo aquello que ántes amábamos y hacíamos; nos sumergimos en un mundo diseñado por otros, y nos perdemos, sin darnos cuenta, en medio de un tumulto de perdidos iguales que nosotros.
Oscar al Mejor cortometraje de animación en el año 2010.