¿La fe para mí?, es como un columpio invisible que me sostiene, aunque no sepa dónde terminaré. Es esa fuerza sutil que me envuelve, incluso cuando no puedo entender el propósito detrás de lo que vivo, o lo que atraviesan aquellos a quienes amo.
La fe no está en las palabras ni en las certezas; vive en mi corazón.
Es en el silencio profundo de mi ser, en el espacio donde habita mi alma encarnada, que la fe renace una y otra vez.
En ese lugar íntimo, la fe no exige respuestas, pero me entrega algo más poderoso: la capacidad de sostenerme cuando todo parece romperse.
Es la fe la que me empuja a seguir caminando, la que no me deja caer en los brazos de mi propia oscuridad. No es una creencia ciega, es una fuerza que me susurra que siga adelante, que mantenga los ojos abiertos, incluso cuando todo a mi alrededor parece desmoronarse.
"La fe es la fuerza silenciosa que me sostiene cuando todo se derrumba, recordándome que, aunque no entienda el camino, cada paso me acerca a la verdad más profunda de quien soy."