No seas tan dura contigo,
si pudieras verte desde fuera,
te darías cuenta de cuánto valor hay en todo lo que haces,
no te castigues por no haber llegado hoy donde querías estar.
Estás de camino y es normal que algunos tramos de ese camino
se llenen de neblina, a veces hay que bajar la velocidad,
sacar la cabeza por la ventana, encender las luces,
pedirle a otros que te ayuden a ver el mapa,
pero vas a llegar.
No te abandones a mitad del camino,
ni sueltes los sueños que están aprendiendo a caminar,
no tengas prisa por saber lo que va a pasar,
no le quites el misterio al destino que seguro le sonríe
a quienes son honestos con lo que les pide el alma.
No cometas el error de decidir si hacerle caso a la mente o al corazón, porque el corazón cree como niña y la cabeza pregunta como adulta
y necesitas ambas cosas para seguir adelante,
porque si solo piensas con el corazón, te vas a lastimar
pero si solo piensas con la cabeza, te vas a marchitar.
No te rindas si aún te ilusiona,
lo haces por ese niña que fuiste
y que te pidió una oportunidad y se la diste,
no la abandones ahora cuando las cosas se ponen difíciles,
no sueltes su mano cuando se siente perdida,
mañana es otro día para volverlo a intentar y lo estás haciendo increíble, así que,
no seas tan dura contigo...
