¿Por qué formarnos mientras estamos en paro?
- Porque aumenta nuestras posibilidades laborales. Aprendemos o reforzamos conocimientos y habilidades que nos beneficiarán cuando una empresa evalúe nuestro currículum. No es ninguna novedad que “cuanta mayor formación, menos crisis”. Dicho de otro modo, las personas menos formadas son las más perjudicadas por la situación económica y el desempleo.
- Porque llena vacíos o lagunas que no causan buena impresión. Es cierto que actualmente es muy normal encontrar a demandantes de empleo de larga duración, pero las empresas no ven con buenos ojos a los candidatos que han tenido periodos muy prolongados de inactividad. Si hemos estado 1 año y medio en paro, pero podemos explicarle al entrevistador que aprovechamos este tiempo para formarnos, será un punto muy a nuestro favor, ya que de lo contrario parecerá que hemos permanecido de brazos cruzados.
- Porque nos enriquece y eleva nuestra autoestima. Sentiremos que estamos haciendo algo útil y beneficioso, que no sólo nos aporta nuevos conocimientos, sino que llena tiempos muertos en los que podríamos caer en el desánimo.
Sin embargo, hemos de ser conscientes de que los tiempos han cambiado. Ya no sirven los uniformes genéricos, sino que las empresas buscan trajes a medida. Tenemos que ser profesionales especializados y los cursos formativos, junto a la experiencia, son la mejor herramienta para acreditarlo.
Cualquier momento es bueno para formarse. Si acabas de finalizar tus estudios y estás en búsqueda de tu primer empleo, las empresas valorarán muy favorablemente que sigas teniendo interés en mejorar profesionalmente. Si has perdido tu trabajo o deseas incorporarte al mercado tras un tiempo prolongado de inactividad, la formación es muy necesaria para reengancharte a él, ya que necesitas renovarte y actualizar tus conocimientos.
La formación se convierte en una aliada esencial, especialmente a partir de los 45 años. También hay muchas mujeres que desean incorporarse al mercado laboral después de muchos años inactivas, ya que su marido ha perdido el empleo y la economía doméstica necesita ayuda. En ambos casos, la formación es una alternativa muy positiva.
Si permanecemos estancado en la idea de que ya nos formamos de jóvenes y no necesitamos actualización, tal vez acabaremos siendo percibidos como profesionales obsoletos.
Son muchas las áreas en las que podemos formarnos, todo depende de hacia dónde queramos orientar nuestra carrera profesional.
Áreas formativas que pueden mejorar mucho tu currículum:
- Internet. Hoy en día su manejo es fundamental. No hace falta ser un profesional, pero sí dominar la navegación básica por la red, los buscadores y el correo electrónico.
- Office. Los programas Word y Excel serán requeridos en la mayoría de los trabajos administrativos. Dominarlos siempre es un grado.
- Redes Sociales. Tener una cuenta profesional en Twitter y Linkedin y saber manejar Facebook queda fenomenal en el currículum y no es nada difícil cuando coges práctica.
- Técnicas de marketing y ventas. En la actualidad las empresas están ampliando plantilla en áreas comerciales, para aumentar la cartera de clientes. Acreditar conocimientos específicos en este área nos será de gran ayuda para optar a este tipo de puestos.
- Principalmente el inglés. La mayoría de los puestos no requieren bilingüismo absoluto, sino ser capaces de hacernos entender y comunicarnos. Siempre es una buena opción.
- Oficios: carretillero, soldador, manipulador de alimentos…todos ellos nos abrirán muchas puertas en áreas de actividad muy variadas.
Si tienes perfectamente dominadas estas áreas o tu perfil es más de “directivo”, siguen existiendo muchas opciones formativas para mejorar tu candidatura: habilidades directivas, diseño gráfico, organización y calidad, gestión de equipos y un largo etcétera.
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