En el transcurso de nuestra existencia,
encontramos seres que, al cruzar nuestro camino,
nos enseñan valiosas lecciones.
Algunos nos muestran nuestra propia fortaleza al soltarnos
en medio del trayecto, dejándonos a merced del destino.
Sin embargo, existen otras almas que llegan de manera inesperada
y no solo permanecen, sino que nos sostienen en los momentos más inciertos, transformando la dirección de nuestra historia.
A estas almas debemos cuidarlas y apreciarlas, pues,
sin haberlo planeado,
se convierten en la luz que ilumina nuestro sendero.
Son compañía fiel, recordándonos que no estamos solos en este viaje. Aférrate a quienes se quedan y te levantan,
porque son ellas las que dan sentido al camino
y hacen que todo valga la pena.