Son muchos los factores que pueden poner freno a tu carrera profesional, pero concretamente hay uno que está presente en muchas personas: el miedo al fracaso. Este temor consiste en la anticipación o la visualización de un resultado negativo de una acción que todavía no ha ocurrido.
Se trata de sentimiento que sale de
la mente y no es algo real porque todavía no ha ocurrido pero sin
embargo, nos afecta.
Esta demostrado que una persona tiene mayores posibilidades
de conseguir el éxito si está preparado emocionalmente para una
posibilidad de fracaso. Y aunque suene paradójico, la razón se debe a
que aumentar la tolerancia al fracaso ayuda a superar el miedo con más
facilidad y crea en la persona un escudo psicológico para enfrentar la
crítica, la desaprobación y el rechazo con más fortaleza, permitiendo
una más rápida recuperación.
Para aumentar la tolerancia al fracaso es importante
aceptar que fallar es una posibilidad. No hay que sentir miedo a
equivocarse: “El fracaso más grande es nunca haberlo intentado”. Asimismo, el fracaso debe considerarse desde la perspectiva positiva y ver que es sinónimo de aprendizaje.
Pero este temor no es el único que puede afectarnos a nuestro desarrollo profesional, sino que existen más, como son:
El miedo a recibir un “no” como respuesta puede provocar
que ni siquiera se intente avanzar. Sin importar en qué etapa de tu
carrera te encuentres, hay que pensar en el rechazo como una experiencia
de aprendizaje que te ayudará a mejorar.
- Miedo al cambio
Este miedo puede acarrear perder oportunidades. Reduce el potencial de crecimiento y estanca a las personas en su desarrollo profesional.
- Miedo al traslado
Una de las consecuencias que ha provocado la crisis económica es que muchas personas hayan tenido que salir del país en busca de una oportunidad laboral. A pesar de ello a muchos les atemorizan los traslados. Es importante enfrentarse a este miedo ya que puede cerrar oportunidades muy interesantes.
- Miedo de tomar una posición de liderazgo
Para avanzar profesionalmente es importante aceptar tareas y responsabilidades a pesar de que no nos gusten. Aunque puede resultar abrumador y lo cómodo sería continuar haciendo lo mismo de siempre, lo positivo supera a lo negativo.
- Miedo de perder el equilibrio entre el trabajo y la vida personal
Se tiende a pensar que los puestos más altos equivalen a trabajar más horas y, por consiguiente, tener menor vida social. Aunque en ocasiones pueda llegar a ser así, hay que pensar en que la comunicación es un elemento imprescindible en una empresa, por lo que siempre se podrá intentar negociar con el objetivo de respetar un buen equilibrio: trabajando algún día a la semana desde casa, comenzar y finalizar la jornada antes, etc.
El control de tu propia carrera es, a la vez, causa y
consecuencia de lo que tú mismo construyes a lo largo de la vida
profesional.
Aunque en ocasiones sea complicado, intentéis dejar a
un lado los miedos y todo aquello que pueda obstaculizar vuestro
camino.