Qué experiencia y formación tienes, y por qué aspiras a un puesto es lo que necesita un seleccionador para valorar tu candidatura. Pero sólo dedicará veinte segundos para saber si encajas en el trabajo.
En la primera edición, Esteves aprendió las pautas para elaborar la autocandidatura online que, más tarde, le sirvió para acceder a un empleo. «Como apenas tengo experiencia opté por destacar en primer lugar la formación, bien visible, en el encabezamiento de mi página web». De una manera sencilla, este joven reproduce en su home una conversación ficticia con su posible reclutador. En menos de veinte segundos cualquiera puede saber si encaja o no en un puesto.
Estos veinte segundos son cruciales en un proceso de selección: es el tiempo medio que emplea un reclutador en aceptar o rechazar una candidatura. Lograr impactar en este tiempo récord es crucial para pasar a la segunda fase del proceso.
Creatividad rigurosa
Pilar Roch, directora de negocio de Womenalia, explica que «aunque destacan los nuevos formatos para captar la atención del seleccionador, obviamente depende de la profesión. Ahora se llevan mucho los infogramas para presentar las habilidades».
En un post que ha elaborado Womenalia, también se hace referencia a herramientas como Google Maps, que puede resultar muy útil para aquellos que cuentan con experiencia internacional: «Permite marcar los lugares en los que hemos estado en el mapa, indicando el puesto que desempeñamos y las tareas que realizamos. Resulta original y fresco y da una visión cosmopolita de nuestro perfil a las empresas». Si te parece una buena opción conviene que resumas cuáles han sido tus logros y trayectoria. De lo contrario, como apuntan en Womenalia, «se convertirá tan solo en una pintoresca guía de viajes».
Salvador Sicart es director de Hays Response y lleva más de quince años seleccionando profesionales. Apunta que «hay que dar rienda suelta a la creatividad si se quiere optar a una posición en la que se demande esa habilidad, pero a veces un diseño espectacular no resulta relevante para acceder a un puesto más conservador».
Silvia Forés, directora de recursos humanos de Baker & McKenzie, y autora del libro Solo puede quedar uno. Diario de un proceso de selección, recomienda «incluir debajo de los datos personales un recuadro en el que el candidato se defina y explique sus objetivos profesionales. En una primera criba se hace un lectura en diagonal y se descarta muy rápido».
Para ser diferente no es necesario actuar
Los videocurrículos, tan de moda desde hace unos años, no parecen tan eficaces. Pilar Roch, directora de negocio de Womenalia, asegura que «cada vez más se recurre a los currículos más tradicionales».
También Silvia Forés, directora de RRHH de Baker & McKenzie Barcelona, asegura que se reciben poco: «En la mayoría de ellos, el candidato teatraliza en exceso y, por otra parte, no es nada práctico porque requiere dedicarle un tiempo y una atención de la que no siempre se dispone».
Alberto Esteves, diseñador gráfico de 26 años, dice que «en un videocurrículo el seleccionador tiene que dar a un 'clic' y eso ya supone una barrera inicial. Creo que el primer impacto tiene que ser muy visual y, sobre todo, que no le robe tiempo. Un vídeo online tiene un marcador de tiempo y es inevitable mirar cuánto tiempo queda para que llegue el final». En su caso, un diseño atractivo y sencillo le sirvió para conseguir un trabajo sin necesidad de incluir un vídeo.
Salvador Sicart, director de desarrollo de Hays Response, señala que «los procesos de selección y los currículos no han evolucionado. En el caso de vacantes concretas, que el candidato encaje en el puesto y tenga interés en trabajar en esa empresa es clave. Eso en un currículo bien estructurado se detecta enseguida y es suficiente para pasar a la segunda fase».