Con los bosques de columnas y follaje
De calado arabesco por techumbre?
¿Al lado de la fuente que murmura
Junto a los solitarios alhaníes
Arrastrando su blanca vestidura
Miraste abencerrajes y zegríes?
Y el viento, perfumado de azahares,
Trajo el dulce cantar hasta tu oído
De un ave que en la torre de Comares
Hizo en un verso del Korán su nido?
(Icaza)
“Pórtico” (1889), interroga a la amada de Francisco A. de Icaza.