Las personas son emocionales antes de ser racionales; la lógica hace que las personas piensen y los sentimientos hacen que actúen, una inteligencia emocional fuerte es la clave para tener éxito profesional.
La inteligencia emocional (IE), término acuñado por el autor Daniel Goleman, define la capacidad de una persona de controlar sus propias emociones para reaccionar ante los sentimientos de otros y así manejar sus diferentes relaciones.
Es decir, es saber reaccionar ante diferentes situaciones de manera racional sin caer presa de los propios sentimientos.
Los trabajadores con una fuerte IE son muy valiosos para las empresas porque generan fuertes relaciones con sus compañeros de trabajo, saben manejar bien las situaciones estresantes y saben entender a sus colegas.
Un buen líder empresarial debe tener una fuerte IE ya que eso le permite contratar a los candidatos más eficaces para su compañía, manejar los problemas de crecimiento de un negocio y enseñar más adecuadamente a sus equipos.
Consejos para equilibrar la inteligencia emocional en el ámbito laboral.
Analízate a ti mismo
Conoce cuáles son tus emociones típicas y cómo respondes a diferentes clases de situaciones emocionales. Sé honesto contigo mismo para saber cuáles emociones son las que más afectan tu desempeño laboral (envidias profesionales, reacciones al estrés, inseguridades) y trata de tomar responsabilidad por tus actos.
No olvides que siempre puedes recurrir a ayuda psicológica profesional si consideras que necesitas ayuda para entender tus reacciones.
Escucha, no oigas
Muchas veces le ponemos “silencio” a las cosas que no queremos o no nos interesa escuchare, como un problema con un compañero, y las conversaciones se quedan como ruido de fondo. Una persona con alta IE sabe enfocar su atención a lo que los demás de verdad están diciendo, aunque no sea algo que le agrade o interese particularmente.
Trata de enfocar tu mente a lo que los demás realmente están comunicando y haz un resumen mental de lo que crees que te está diciendo y si lo necesitas, puedes hacer preguntas para clarificar algún punto.
Te sorprendería lo que se puede aprender cuando guardas silencio y realmente se presta atención, además profesionalmente te ayudará contar con toda la información posible para tomar decisiones claras y efectivas.
Recuerda, tienes un lenguaje corporal
Los seres humanos siempre estamos comunicando con el cuerpo aunque guarden silencio sus palabras.
Trata de observar si el lenguaje corporal de las personas va de acuerdo con lo que están diciendo de forma oral. Observa las expresiones faciales, los tonos de voz, los movimientos de los ojos, etcétera.
Es posible que una conversación laboral tome un tono completamente distinto una vez que se toman en cuenta el lenguaje corporal.
Identifica que te causa estrés
Existen miles de factores que pueden hacer que una persona llegue a su punto de quiebre y reaccione de cierta manera a una situación que no lo requería. Por ejemplo, un problema en casa puede tensionarte lo suficiente para que le grites a un compañero de trabajo.
Identifica qué es lo que te causa estrés, practica tu capacidad para mantener la calma y prueba mecanismo de gestión de tensión como meditación, pintura, ejercicio, etcétera.
El punto es saber manejar la frustración de manera sana pues una persona con alta IE evita descargar su tensión con otras personas.
No olvides que lograr un buen manejo de las emociones no es algo que se logre de un día para otro, es más bien un trabajo constante.