En la travesía de la vida,
cargamos con emociones que a veces pesan como piedras en el alma.
El dolor y la tristeza nos envuelven,
desgarrando el corazón en pedazos.
Pero en la oscuridad, surge la fuerza de la resiliencia,
una luz que nos impulsa a superar las adversidades.
Con valentía y determinación, luchamos por vivir plenamente,
sanar nuestras heridas y encontrar la paz interior.
A pesar del corazón roto, aprendemos a vibrar con intensidad,
a ser más fuertes, más sabios.
En cada cicatriz late la historia de nuestra fortaleza,
recordándonos que somos capaces de superar cualquier desafío...