Convertir situaciones difíciles e incluso experiencias negativas en oportunidades, parece de privilegiados, pero ¿realmente es cierto?
La ciencia muestra que desde lo más sencillo como una partícula subatómica hasta organismos complejos como el ser humano, “el observador afecta a lo observado, y a la inversa”, produciéndose una transformación de significados y respuestas ante una misma situación.
En psicología consciente de este fenómeno de la percepción, se utiliza una técnica llamada reencuadre o reformulación para cambiar interpretaciones de una situación, porque cambiando la perspectiva de lo que estamos observando cambiará su significado, y en consecuencia cambiarán las emociones, pensamientos y conductas vinculadas a esa situación.
Cuando no es posible, sí es posible cambiar la perspectiva de una situación o marco de referencia, de esta forma se modifica el estado emocional, las respuestas y la conducta, al ser capaces de ver las cosas desde otra perspectiva, aunque estén siempre influidas por nuestras necesidades, intereses, creencias y valores.
¿Cómo realizarlo?
1. El primer paso, si estás viviendo una experiencia cuyo resultado va a ser perjudicial, hay que formular en pocos segundos enunciados y preguntas que provoquen o inviten a la reflexión:
¿Mis emociones son las correctas en esta situación?
¿Mi conducta es la adecuada? Etc...
Quizás no sea posible controlar las reacciones de las personas, pero si se puede del propio organismo, actuando en las mejores condiciones posibles.
Cuando se consigue cambiar el estado de ánimo, se modifica la aptitud, y en consecuencia la conducta incrementando las probabilidades de éxito.
Si la situación lo posibilita y no aparecen las respuestas, imagínate a una persona de éxito en esa situación, cómo actuaría ella en esa situación, y aplícalo sin miedos.
Una forma práctica es el siguiente ejercicio:
Sentado o acostado sin nada que pueda perturbarte. Con los ojos cerrados imagina una pantalla en la que observas la experiencia has vivido de la forma más real posible, pero cambiando el nombre de todas las personas que aparece incluido el tuyo, y cambiando el resultado para convertirlo en positivo o en oportunidades.
Puede suceder que esté oculto, pero lo descubrirás y convertirás en algo beneficioso sin implicarte emocionalmente durante el ejercicio.
3. El reencuadre se puede aplicar en todos los momentos de la vida, con la práctica y el tiempo formará parte de tu visión de la vida y de tu persona, desarrollándose tu pensamiento lateral o divergente, así como tu capacidad de percepción y comunicación subjetiva que utilizarás diariamente para mejorar tu vida.
4. Cuando no se tienen estas capacidades innatas, la práctica convertirá el reencuadre en un hábito que actuará de forma automática en cualquier circunstancia.
Te invito a realizar el siguiente ejercicio:
Divide una hoja con una línea vertical en dos partes, escribiendo en la parte izquierda 3 situaciones adversas que hayas vivido enfrentándote con emociones y conductas inapropiadas. En la parte derecha escribe distintas formas de ver la situación utilizando las técnicas del punto 1 y 2 comentado anteriormente y cambiando los resultados adversos vividos, hasta cambiar los problemas, y convertirlos en oportunidades o algo positivo.
Recuerda que cuando cambiamos la perspectiva de una situación o problema, cambiamos su significado, siendo esencial observarlo desde la distancia emocional, de esta forma cambiaremos nuestras percepciones reduciendo el “efecto túnel” e incrementando el pensamiento lateral o divergente para mejorar cualquier situación de la vida.
Fuente: Adela Amado & Javier Santana