Uno de los mayores desgastes a los que se puede enfrentar una persona es saber decir que ‘no’.
La asertividad es el recurso para comunicar respetuosamente lo que sentimos, acogiendo y recibiendo de buen grado lo que los otros sienten. Esconder nuestros sentimientos no es asertividad. Al romper la coherencia entre lo que sentimos y lo que decimos, se produce una situación que nos aleja de la eficacia.
Lo que pensamos, sentimos, decimos y hacemos debe estar guiado por la coherencia. Empatía, resiliencia y asertividad son conceptos que no son equivalentes pero que, en muchas ocasiones, están íntimamente relacionados.