Trata de la experiencia de una madre que se decidió por cambiar la forma
de educación de su hija cambiando la típica manera de resaltar sólo los errores que se cometen en rojo,
y estuvo analizando en la práctica cuáles eran las posibles
consecuencias que iban a tener en su hija con el paso del tiempo. Sin
duda alguna se trata de un experimento muy interesante que va a abrir
los ojos a más de una persona.
Empezando por el principio, su hija
apenas fue a preescolar, ya que era su madre la que se encargaba de
educarla. Cuando estuvieron practicando antes de entrar a la escuela, su
cuaderno de actividades se veía algo así:
¿Te das cuenta de la diferencia con un cuaderno normal? Esta madre
nunca resaltaba con bolígrafo rojo los errores que cometía su hija, sino
que destacaba con el color verde las letras y círculos que le habían
salido mejor.
A su pequeña le encantaba este método, y siempre, después
de terminar cada renglón del cuaderno le preguntaba… “Mami, ¿Cuál de
todas me ha salido mejor?” Y se ponía aún más contenta cuando le rodeaba la letra más bonita escribiéndole la palabra “Muy bien”.
¿Cuál es la principal diferencia entre
el método tradicional y este nuevo que os estamos mostrando? ¿Has
entendido la diferencia?
Con el método tradicional nos centramos constantemente en los errores. ¿Qué se queda grabado en la mente? Exactamente, lo que haces es acordarte de las letras que estaban mal escritas, es decir, lo incorrecto. ¿A que nunca has visto las respuestas correctas rodeadas con el color rojo?. ¡No! Nuestro cerebro siempre va a recordar más lo que ha sido remarcado.
En el nuevo método del bolígrafo verde nos centramos siempre en lo que está correcto.
De esta manera vamos a experimentar siempre emociones positivas, con
una actitud muy diferente. Sin darnos cuenta, nuestro subconsciente
tratará de repetir lo que hemos hecho correctamente (y que estaba
marcado en verde). Se trata de una nueva motivación completamente
distinta. Ya no vamos a estar centrándonos en los errores, sino que nos
esforzaremos en hacer lo que está bien.Con el método tradicional nos centramos constantemente en los errores. ¿Qué se queda grabado en la mente? Exactamente, lo que haces es acordarte de las letras que estaban mal escritas, es decir, lo incorrecto. ¿A que nunca has visto las respuestas correctas rodeadas con el color rojo?. ¡No! Nuestro cerebro siempre va a recordar más lo que ha sido remarcado.
Esto supone un fuerte empujón hacia el aprendizaje,
ya que estamos empleando una técnica que premia positivamente cada
acierto, y esto supone un extra de motivación para los niños pequeños
que no se podría conseguir con el método tradicional.
Desde pequeños nos han acostumbrado a
centrarnos constantemente en los defectos, lo que está mal. Nos
enseñaban a pensar en ello desde la escuela usando el bolígrafo rojo. De
treinta palabras que podía haber en un renglón, sólo tachábamos uno. 29
estaban bien, pero nos centrábamos en el que estaba incorrecto.
Esa costumbre se queda marcada en
nuestro interior hasta la vida adulta, y es algo bastante difícil de
eliminar, y que además puede ser una de las razones por las que podemos
sentir insatisfacción en la vida.
Si ponemos en práctica este nuevo método
del bolígrafo verde, veremos que incluso sin mostrarle a los niños los
errores, estos irán desapareciendo poco a poco, ya que tratarán de
hacerlo siempre bien porque así se sienten mucho mejor.