¿Qué quieres decir con “comportamiento”? Cómo reaccionas al estrés a largo plazo. Cómo afrontas tus tareas o no. Cómo interactúas con los demás. Tu actitud con los consumidores. Cuánto deseas hacer el trabajo bien hecho…este tipo de cosas.
Si quieres hacerlo bien, querrás mirarte en el espejo y ver si alguno de estos comportamientos te describen:
- Ingenuidad. Todos empezamos con los ojos como platos y muy crédulos, pero cuanto antes empieces a ser algo más escéptico, más serán tus posibilidades de salir a la superficie. La razón es simple: los tontos y fracasados no ganan. Aprende a cuestionar todo lo que lees y escuchas y siempre reconsidera la fuente.
- Pánico. Las situaciones de presión son comunes en los negocios. Las cosas casi nunca salen según lo planeado y, a menudo, van mal o muy mal. Gags del oficio. Si no puedes anular tu respuesta de pánico y mantener la calma ante una crisis, estás un poco jodido.
- Fanatismo. La pasión es un conductor hacia el éxito, pero cuando se sobrepasa la línea hacia el fanatismo puede ir en contra. Lo he visto varias veces. Esto lleva a una percepción sesgada de la realidad, una percepción errónea en general y malas tomas de decisiones.
- Pereza. Aquellos que están impulsados a lograr grandes cosas también conocen la siguiente gran verdad: se necesita un duro trabajo a largo plazo. Es por eso que siempre están concentrados y disciplinados. La mayoría de gente es vaga. Y por eso la mayoría no logra grandes cosas. Así de simple.
- Mentalidad de “solución rápida”. Steve Jobs dijo: “La mitad de lo que separa los emprendedores exitosos de los que no lo son es pura perseverancia” y si no eres apasionado con aquello que haces, no es lo tuyo. Muchos buscan gratificación instantánea, pero no es así como funciona.
- Actuar. Sea cual sea el sentimiento con el que tienes problemas para lidiar (celos, vergüenza, envidia, inferioridad…) transferirlos a otras personas con las que trabajas y actuar con ira no sólo os hará a todos desgraciados, sino que matará también tu carrera.
- Egoísmo. Si actúas como si el mundo girara a tu alrededor, será mejor que te respalde el talento. Incluso si es así, centrarse demasiado en uno mismo disminuye la eficacia. Los negocios no van sobre ti, son negocios. Van de experiencia con los clientes y los productos. Recuerda quién sirve a quién en una relación.
- Vivir en el pasado o en el presente. Por supuesto que podemos aprender del pasado, pero vivir en él es autodestructivo. Del mismo modo, puedes planear y soñar en un futuro, pero si tus acciones no se centran en el presente, nunca lograrás esos planes o sueños.
- Indiferencia. Oirás frases como “cualquier cosa ya vale”, “todo está bien” y “no te preocupes” pero no las oirás de gente altamente realizada. Habrá muchas cosas pero la apatía no es una de ellas.
- Hipersensibilidad. Si tienes la piel tan fina que cualquier crítica te vuelve loco y ofende, el mundo real de los negocios no es para ti. Hay una buena razón por la que los líderes de negocios suelen tener un buen sentido del humor y la humildad. Es casi un requisito. No te tomes muy en serio.