Las personas desempleadas tienen una probabilidad 2,2 veces superior de padecer un ataque de ansiedad o pánico que, en ocasiones, viene acompañado de agorafobia o miedo a los espacios abiertos y públicos, que los que cuentan con un trabajo.
Así lo ha afirmado el presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS), Antonio Cano.
A
pesar de que, en la actualidad «no hay estudios que detecten que la
crisis esté generando una determinada patología o si se están
incrementando» ha explicado Cano, quien aclara que «existe la evidencia
de que, ya antes de la crisis económica, en el año 2004, las personas en situación de desempleo tienen más probabilidades de padecer un ataque de pánico o de caer en una depresión».
Otro
dato relevante para el presidente de esta Sociedad es que las personas
en situación de desempleo tienen «1,6 veces más de posibilidades de consumir sustancias adictivas».
Para
Antonio Cano cabe pensar que en estos momentos «puede haber un ligero
aumento de los trastornos de ansiedad». El también Catedrático de
Psicología de la Universidad Complutense de Madrid explica que, si bien
en estos momentos la prevalencia del trastorno de la ansiedad en España
se encuentra en un 6 por ciento y el de las patologías del estado del
ánimo en un 4 por ciento, el 30 por ciento de las consultas de la Atención Primaria son por estas dos razones.
El perfil de una persona que acude en la actualidad a una consulta por cuestiones psicológicas es el de una mujer joven, de entre 18 y 46 años,que padece estrés y que tiene un carácter perfeccionista, señala el presidente de la SEAS.
No
obstante «para cada trastorno hay un perfil individual», aclara Cano,
quien señala, por ejemplo, que «el hecho de ser mujer supone el doble de probabilidades de padecer ansiedad o depresión».
Otros factores importantes son el tabaquismo ,ya que el hecho de fumar hace que la persona tenga 4 veces más
probabilidades de padecer ataques de pánico. En general, las personas
que cuentan con una personalidad obsesiva,
que piensa repetitivamente los problemas «y que vienen a magnificarlos»
también tienen más riesgo de desarrollar alguna patología psicológica.
Los
primeros síntomas que experimenta una persona con ansiedad son «un
desbordamiento, un sentimiento de que no se puede atender las demandas»,
explica Cano. «Estamos tan nerviosos pensando en que nos va a pasar
algo y, si uno se asusta, se multiplica las sensaciones y se entra en un
circulo vicioso» precisa.
Ante tales síntomas, este psicólogo aconseja recabar «buena información y acudir a una consulta profesional».
Durante las consultas, el paciente desarrollará habilidades de
reinterpretación de la realidad para aprender afrontar las situaciones
más adversas.
Fuente: Abc