viernes, 2 de septiembre de 2016

Cambia el chip, puedes ser feliz aunque no te guste tu trabajo. El psiquiatra Luis Rojas Marcos reflexiona sobre la felicidad.


¿Eres de los que no está en esa lista? ¿No te gusta tu trabajo? ¿Ni tu jefe? ¿No te reconocen tus méritos? ¿Consideras que te pagan poco para la función que desempeñas? ¿No hay forma de hacer nada sin que te controlen hasta la última coma que pones? Y, en todos estos casos, te preguntas: ¿Se puede ser feliz cuando no soporto el trabajo?


Las personas no nos solemos ir de las empresas sino de los jefes. Estos tienen una incidencia enorme en cómo te sientes... Margarita Álvarez, coautora de la IV Encuesta Adecco sobre profesiones felices.
Vayamos por partes. Lo primero: no está probado que exista ninguna fórmula mágica instantánea que de la noche a la mañana convierta tu trabajo en el mejor del mundo, ni que te quite ese sueño de dejarlo todo y marcarte un Memorias de África. Pero sí existe una serie de pautas que pueden ayudarte a llevarlo mejor.

La clave, según los expertos consultados, pasa por cambiar el chip uno mismo (siempre que no estemos hablando de casos extremos, como mobbing).


Actitudes que te harán llevar el trabajo un poco mejor

Focalízate en lo que haces y en lo que quieres
“Cuando tenemos foco sabemos lo que queremos y entonces aprovechamos cada pequeño momento para acercarnos al objetivo”, explica Sergio Fernández, coach y director del Instituto Pensamiento Positivo.

Agradece las críticas
“Toda crítica permite conocerte un poco mejor o conocer un poco mejor a la persona que la hace. De modo que la respuesta siempre es gracias”, añade Fernández.

Gestiona tus emociones
Que no te coma la tristeza. “La gestión de las emociones es una asignatura pendiente en España. Tienes que saber si tus sentimientos son objetivos o no para no entrar en un bucle. Y centrarte en lo positivo”, recalca la directora de Comunicación y Marketing de Adecco.

No dejes de lado tu vida personal
En muchas profesiones los horarios se difuminaron con la llegada de smartphones y tablets pero hay que reservar espacio para uno, independientemente de si estás o no a gusto con tu trabajo. “Me interesa que mi equipo tenga vida personal. Por ellos y porque se es más productivo con la cabeza despejada”, indica Álvarez.


El psiquiatra e investigador Luis Rojas Marcos reflexiona así sobre felicidad: “Cada persona define la felicidad a su manera, pero todos la reconocemos cuando la sentimos. Venimos al mundo equipados con genes que alimentan el sentimiento de satisfacción con la vida en general. Las adversidades pueden debilitar esta capacidad innata, pero todos podemos hacer algo por preservar nuestros momentos dichosos”. El autor de, entre otros, Todo lo que he aprendido, pone un ejemplo: “Lo mismo que los inversores evitan colocar todo su capital en un único negocio, es conveniente diversificar las fuentes que nutren nuestra dicha para contar con una base de apoyo cuando se nos hunde una faceta gratificante de la vida”.

Para el doctor Rojas Marcos, la felicidad a veces se esconde detrás de un papel y un lápiz: “Aún no se han inventado recetas universales para ser felices. Cuando me preguntan, hace tiempo que decidí asignar a mis propios interlocutores la responsabilidad de dar la respuesta. Vamos a ver, coge papel y lápiz y haz una lista de las parcelas de tu vida que contribuyen a tu felicidad. A continuación, repásalas una por una, y apunta en palabras concretas tu plan para cultivarlas y protegerlas. Este es mi consejo”.

¿Ser infeliz en el trabajo es algo que se escoge o que toca? “Depende del caso. Pero en términos generales suele haber responsabilidad por ambas partes: del trabajador y de la empresa", explica Margarita Álvarez es la directora de Comunicación y Marketing de Adecco desde 2011 y antes presidía el Instituto de la Felicidad de Coca Cola. "Las personas no nos solemos ir de las empresas sino de los jefes. Estos tienen una incidencia enorme en cómo te sientes.

Por eso es muy importante que en las compañías formemos a los managers para que entiendan qué hace vibrar a cada uno. Todos tenemos una motivación intrínseca. Todos. Hay que saber verla”, explica Álvarez.

Y recuerda su propio caso. Álvarez estudió Derecho y durante una época trabajó de comercial en Coca Cola. “Odiaba ese trabajo”, recuerda. En esas, le tocó atender la cuenta de McDonald’s (aumentaba la complejidad) y pensó: “Tengo que encontrar algo que me guste de este trabajo o va a ser un infierno. Me obligué a pensar qué era: tratar con gente, solucionar problemas, empatizar… Y así encontré ese lado que me hizo vibrar y trabajar en positivo. Ese ejercicio lo tenía que hacer yo. Una vez hecho se convierte en un arma muy poderosa”.


Mi consejo es: coge papel y lápiz y haz una lista de las parcelas de tu vida que contribuyen a tu felicidad. Repásalas una por una, y apunta en palabras concretas tu plan para cultivarlas y protegerlas... Luis Rojas Marcos, psiquiatra e investigador
Como el doctor Rojas Marcos, Álvarez también propone el papel y el lápiz como aliados, y aconseja ejercitar esta técnica: “Si no te gusta tu trabajo escribe en una hoja de papel todos los beneficios que tiene, como si tuvieras que vendérselo a alguien. Al resaltar los aspectos positivos podrás centrarte en ellos”. ¿Y qué pasa si hay gente que no te deja focalizarte en ellos? “Todos los días encontramos personas que ponen palitos en la rueda, voluntariamente o no. O tú tienes esa motivación o se te va a hacer muy duro. Todos los trabajos tienen luces y sombras. Hay que focalizarse en las luces, siempre que no estemos en casos extremos como mobbing”, recalca.

Algunas de las principales razones por las que la gente no es feliz en su trabajo son: baja remuneración, falta de autonomía, escaso reconocimiento y demasiada tensión. ¿Qué hacer en cada situación? Arancha Ruiz, autora de El mapa de tu talento, headhunter y especialista en marca personal, ofrece estas recomendaciones.

Si sientes que te pagan poco por lo que haces...
“... búscate un trabajo extra que te ayude económicamente, de fines de semana o de dar clases, hasta que llegue ese aumento que consideras que te mereces y por el que estás luchando”.

Si sientes que no tienes autonomía...
“... busca un espacio donde tenerla, aunque sea en los detalles”.

Si sientes que no te reconocen los méritos
“Un cliente me contaba que no tenía parte del reconocimiento que se merecía y, por tanto, el trabajo no le acababa de llenar. La alternativa: se buscó actividades de docente donde aportaba mucho valor y recibía un feedback instantáneo de los alumnos”.

Si sientes que tienes demasiada tensión...
Si llevas poco tiempo en el trabajo y te has dado cuenta de que tiene demasiada complejidad y tensión, el consejo de Ruiz es relajarse en la medida de lo posible: “Cambiarte de trabajo es como tener un hijo: el primer año no entiendes nada pero luego cubres tu curva de aprendizaje y puedes relajarte”.

Fuente: Marian Sagredo (elpais)
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