Fatiga, falta de sueño, irritabilidad, tristeza o nerviosismo. Son algunos de los síntomas que se presentan tras el período de descanso veraniego conocido como síndrome postvacacional.
Con un 25% de la población activa sin encontrar trabajo, son los desempleados los más afectados.
"Esa sensación negativa de no tener trabajo a la vuelta de las vacaciones se agrava aún más y se suma a esa tendencia depresiva, a estar intranquilo, agobiado, a no dormir bien y entonces es mucho más fuerte en estas personas", explica Rubén Bravo, portavoz del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO).
Un 65% de los españoles sufre alguna de las dolencias relacionadas con la vuelta laboral.
Menos derrotista es la actitud de la vuelta a la rutina tras el período vacacional de los que sí conservan su empleo. La sensación de poder reincorporarse a un puesto de trabajo ha provocado que se reduzcan los síntomas depresivos.
Disminuye la sintomatología adversa de la vuelta al trabajo pero aumenta la ansiedad provocada por el temor a perderlo.
"Aparecen más bien síntomas asociados al estrés, preocupación, sobrecarga de trabajo, insomnio más relacionado con síntomas de activación, que de desactivación o desmotivación", añade la psicóloga.
La inestabilidad laboral y las pocas expectativas para encontrar un empleo han provocado que para muchos volver al trabajo se convierta en un lujo.